Situado en el extremo sur del Gran Mar de Arena, en el desierto occidental egipcio y muy cerca de la frontera con Libia, el campo de cristal de sílice es una maravilla geológica, la única del mundo que contiene las gemas amarillo-verdosas más asombrosas.
El geólogo Ahmed Salama, responsable de las reservas de la región occidental, afirma que no se ha confirmado si este meteorito procedía de uno de los planetas del sistema solar o de fuera de él. Cuando el meteorito chocó contra la arena, creó una temperatura muy alta que convirtió la arena en sílice.
Al estudiar este compuesto verde, quedó claro que hay elementos químicos que no existen en los campos de meteoritos. Y la región de sílice estaba llena de ellos en un fenómeno que no se repite en ninguna parte del mundo, pero que fue robado hace mucho tiempo.
Los expertos en antigüedades y turismo que acompañaban al convoy coincidieron en que el collar de Tutankamón, que se encuentra en su colección del Museo Egipcio de El Cairo, estaba hecho de sílice, lo que indica que los faraones llegaron a la región hace 3.000 años, pero el responsable de las reservas naturales dijo que el collar podría ser de piedra preciosa, no de sílice.
El robo de sílice está documentado desde hace 150 años. Mahmoud Noureddine, el responsable del viaje, cuenta que algunos mercaderes de Libia a Egipto tuvieron que cambiar su itinerario para escapar de los ladrones y que uno de ellos, Hajj Hussein, había pasado por la región antes de mediados del siglo XIX, y sus ojos se posaron en la sílice, y se llevó de ella a El Cairo y que, según el libro "Huellas y Reinos", este mercader se había llevado una cantidad de sílice en su viaje de peregrinación, y en Yedda, el cónsul francés que escribió la historia en sus memorias en 1850 vio estas piedras raras y se hizo con parte de ellas.
Y como dicen los conductores turísticos que acompañan al convoy, un kilogramo de sílice robado cuesta más de mil libras en los oasis de Dakhla, Bahariya y Farafra, y que las empresas turísticas no cualificadas y sus conductores ayudan a este robo por parte de algunos extranjeros, y varios hoteles famosos de estos oasis han decorado sus entradas con trozos de sílice verde brillante.
Aún se desconoce el origen de estos materiales, y los científicos creen que fueron causados por el impacto de un meteorito caído en siglos pasados, que provocó la fusión de la arena debido al intenso calor. Sin embargo, no se ha encontrado ningún cráter que demuestre esta teoría. Y la fricción del vidrio con el aire ayuda a refinarlo, el método utilizado por los faraones en la industria de la joyería.
Y cuando visite un campo de vidrio de sílice, asegúrese de resistir el impulso de hacerse con algunas de estas brillantes piezas del desierto. A este campo se puede llegar a través de safaris y excursiones al Gran Mar de Arena.
Este mágico lugar fue capturado gracias a los esfuerzos de científicos occidentales y egipcios, y entre los científicos más famosos que llevaron a cabo sus investigaciones en la región se encuentran el alemán Yots, el Dr.
Bahi Al-Essawy, y el Dr. Ali Barakat. Durante las horas que pasamos en el lugar, y mientras los hombres de las reservas naturales colgaban sus paneles indicativos, los arqueólogos hicieron un recorrido tras el cual confirmaron que el antiguo hombre egipcio utilizaba el sílice como herramientas para su vida cotidiana, especialmente las afiladas, como puntas de lanza o flechas.