El proceso de momificación de los faraones en el antiguo Egipto era un procedimiento elaborado y altamente ritual destinado a preservar el cuerpo para la otra vida. Era un aspecto crucial de las creencias y prácticas religiosas egipcias. La momificación de los faraones implicaba varios pasos complejos:
Purificación y lavado: El proceso comenzó con la purificación del cuerpo. El cuerpo fue lavado con agua del río Nilo para limpiarlo de impurezas.
Extracción del cerebro: Se usó un instrumento en forma de gancho para extraer el cerebro a través de las fosas nasales. El cerebro se consideraba poco importante en la otra vida, por lo que su eliminación era parte del proceso.
Extirpación de órganos internos: Se abrió el abdomen y se extirparon cuidadosamente los órganos internos, incluidos el hígado, los pulmones, el estómago y los intestinos. Estos órganos se conservaron por separado en frascos canópicos. Cada órgano tenía una deidad protectora asociada con él.
El hígado se asoció con Imsety (una deidad con cabeza humana).
Los pulmones estaban asociados con Hapi (una deidad con cabeza de babuino).
El estómago estaba asociado con Duamutef (una deidad con cabeza de chacal).
Los intestinos estaban asociados con Qebehsenuef (una deidad con cabeza de halcón).
Secado y deshidratación: El cuerpo estaba lleno de natrón, una mezcla de sal natural que se encuentra en el desierto. El natrón ayudó a secar el cuerpo y prevenir la descomposición. El cuerpo se dejó secar durante aproximadamente 40 días.
Limpieza y unción: Después del período de secado, el cuerpo se lavó nuevamente y se aplicaron varios aceites y perfumes a la piel para mantenerla flexible y fragante.
Envoltura: El cuerpo se envolvió cuidadosamente en vendas de lino. Se colocaron amuletos y amuletos entre las capas de lino para brindar protección y orientación en el más allá. Las envolturas eran a menudo elaboradas, y la cabeza y el cuerpo se envolvían por separado.
Máscaras y ataúd: Una máscara mortuoria, típicamente hecha de cartonaje u oro, se colocaba sobre la cabeza envuelta. El cuerpo, ahora completamente envuelto, se colocó en un ataúd o sarcófago de madera, que a menudo estaba decorado con inscripciones y símbolos.
Rituales finales: El cuerpo momificado generalmente se colocaba en una tumba o cámara funeraria, junto con varias ofrendas y posesiones para acompañar al faraón en el más allá. La tumba fue sellada y se realizaron rituales funerarios para garantizar un viaje seguro al más allá.