ANÁLISIS FORMAL
Nebjeperura Tutanjamon, más conocido como Tutankhamón cuyo significado es "imagen viva de Amón", fue uno de los faraones más importantes de todo el arte egipcio. Este faraón gobernó durante la XVIII dinastía de Egipto. Fue tras su muerte cuando los orfebres egipcios fabricaron esta máscara funeraria para que formara parte del ajuar funerario del faraón. La tumba de Tutankamón se encontraba en la necrópolis egipcia del Valle de los Reyes y fue descubierta en 1922 por el arqueólogo Howard Carter.
Si hay un elemento conocido en el ajuar funerario de Tutankamón es, sin duda, su máscara funeraria. Por alguna razón, esta representación del rostro del monarca ha calado hondo en el imaginario colectivo, quizá porque permite poner rostro a la tremenda riqueza enterrada con él. Su confección fue una demostración de artesanía. Con una altura de algo más de medio metro, se elaboró a partir de dos láminas de oro de diez kilos de peso, martilladas, y luego se decoró con incrustaciones de lapislázuli.
La máscara representa al faraón con el nemes (el pañuelo a rayas), que cae por la espalda formando una pesada coleta con los extremos del pañuelo. En la frente lleva una cobra y un buitre, diosas protectoras del Bajo y Alto Egipto respectivamente; además de adornarse con una barba trenzada, el faraón lleva las orejas perforadas para colgar pendientes. Los ojos, de lapislázuli ¡, son una incrustación de cuarzo y obsidiana y son quizá el rasgo que da más humanidad a la máscara.
Tutankamón era yerno del faraón Akenatón, llamado el "faraón hereje" por haber promovido el culto al dios solar Atón con carácter monoteísta, que murió sin dejar hijos varones. Por este motivo, le sucedieron sus yernos, Semenkera y Tutankamón, hermanos. El faraón murió misteriosamente a los 18 años y fue sustituido por Ay, un alto funcionario de la corte de Akenatón.
Cuando Howard Carter descubrió la tumba, quedó impresionado por el incalculable tesoro que contenía. Los objetos del ajuar funerario se encontraban en cuatro cámaras. Las paredes de la cámara funeraria donde se halló la momia estaban adornadas con una serie de escenas alusivas a la ceremonia de la apertura de la boca. Según los egipcios, el aliento designado Ka se reintroducía en el cuerpo para insuflarle vida, esta vez, con carácter eterno.
Los orfebres egipcios eligieron el oro para fabricar esta máscara porque se pensaba que el oro era la carne de los dioses. Sobre el oro, colocaron multitud de piedras preciosas diversas como turquesa, lapislázuli, cornalina, obsidiana, cuarzo... Esta máscara se conserva en muy buen estado, a pesar de tener más de tres mil años. Algunas de las incrustaciones que componen el "klaft" y el collar ya no están presentes y en otras se observan grietas.
RESTAURACIÓN DE LA MÁSCARA DE TUTANKAMÓN CON CERA DE ABEJAS
Con todo, la máscara funeraria de Tutankamón ha sido desde su descubrimiento la pieza estrella del Museo Egipcio de El Cairo, y también protagonista de algunas vicisitudes. Por ejemplo, en 2014, durante unas labores de limpieza del objeto, la barba ornamental se desprendió accidentalmente y fue objeto de una restauración chapucera. Afortunadamente, en 2018, la máscara más famosa del mundo fue debidamente restaurada por un equipo de expertos alemanes dirigidos por Christian Eckmann, en colaboración con las autoridades egipcias, que quedaron satisfechas con la imagen de seriedad y profesionalidad que finalmente ofreció el país. Además, la restauración deparó una increíble sorpresa. "El proceso de restauración reveló un nuevo descubrimiento arqueológico relacionado con la técnica original que se utilizó para concebir la máscara", señaló el Ministerio de Antigüedades egipcio en un comunicado, y se puede visitar el museo a través de Excursiones de un día en Egipto